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Difteria, tétanos y tos ferina (DTaP, en inglés)

Los niños que reciben esta vacuna están protegidos prácticamente durante toda la niñez de tres enfermedades graves causadas por una bacteria: la difteria, el tétano y la tos ferina.

¿Quiénes deben vacunarse?

Los niños deben recibir 5 dosis de la vacuna contra DTaP, una dosis en cada una de las siguientes edades.

Difteria, tétanos y tos ferina (DTaP, en inglés)
  • Una dosis a los 2 meses
  • Una dosis a los 4 meses
  • Una dosis a los 6 meses
  • Una dosis entre los 15 y 18 meses
  • Una dosis entre los 4 y 6 años

La DTaP se puede dar al mismo tiempo que otras vacunas.

La vacuna DTaP no está autorizada para adolescentes, adultos ni niños de 7 años de edad y mayores.
Pero las personas mayores también necesitan protección. Existe una vacuna llamada Tdap, que es similar a la DTaP. Se recomienda una sola dosis de la vacuna Tdap para las personas de 11 a 64 años de edad. Otra vacuna, llamada Td, protege contra el tétano y la difteria, pero no contra la tos ferina. Se recomienda cada 10 años. Cada una de estas vacunas tiene su propia Hoja de Información sobre la Vacuna.

¿Qué enfermedades previene?

La difteria y la tos ferina se transmiten de persona a persona, mientras que el tétanos se contagia a través de cortes o heridas.
La difteria causa un recubrimiento espeso en la parte posterior de la garganta. Puede provocar problemas respiratorios, parálisis, fallas cardíacas e incluso la muerte.
El tétanos causa espasmos dolorosos de los músculos, generalmente en todo el cuerpo.
Puede provocar que se “trabe” la mandíbula, con el riesgo de que la persona no pueda abrir la boca ni tragar. Dos de cada 10 enfermos de tétanos fallecen.
La tos ferina (Pertusis) produce ataques de tos tan intensos que a los bebés les resulta difícil comer, beber o respirar. Estos ataques pueden durar semanas.
Puede causar neumonía, convulsiones (ataques de sacudidas del cuerpo y fijación de la mirada), daño al cerebro y la muerte.

¿Cuáles son los riesgos?

Las vacunas, como cualquier otro medicamento, pueden causar problemas serios, como reacciones alérgicas graves. El riesgo de que la vacuna DTaP cause daños graves o la muerte es extremadamente pequeño.

Problemas leves (comunes)

• Fiebre (aproximadamente 1 de cada 4 niños)
• Enrojecimiento o hinchazón en el sitio de inyección (aproximadamente 1 de cada 4 niños)
• Dolor en el lugar de la inyección (aproximadamente 1 de cada 4 niños)
Estos problemas ocurren con más frecuencia después de la 4ª y 5ª dosis de la serie de DTaP que en dosis anteriores. A veces después de la 4ª o 5ª dosis de la DTaP se hincha todo el brazo o la pierna en que se puso la vacuna y esa hinchazón dura entre 1 y 7 días (aproximadamente 1 de cada 30 niños).

Otros problemas leves incluyen:

• Sentirse molesto (aproximadamente 1 de cada 3 niños)
• Cansancio o falta de apetito (aproximadamente 1 de cada 10 niños)
• Vómitos (aproximadamente 1 de cada 50 niños)
Estos problemas ocurren generalmente 1 a 3 días después de la inyección.

Problemas moderados (poco comunes)

• Convulsiones (sacudidas del cuerpo o fijación de la mirada) (aproximadamente 1 de cada 14,000 niños)
• Llanto sin parar por 3 horas o más (hasta aproximadamente 1 de cada 1,000 niños)
• Fiebre alta, de más de 105ºF (aproximadamente 1 de cada 16,000 niños)
Problemas serios (muy raros)
• Reacción alérgica seria (menos de 1 por millón de dosis)
• Varios otros problemas graves han ocurrido después de recibir la vacuna DTaP. Éstos incluyen:
- Convulsiones a largo plazo, coma o reducción de la conciencia.
- Daño permanente al cerebro.
Estos son tan raros que es difícil saber si fueron causados por la vacuna.

Importante:

Es importante controlar la fiebre en los niños que tuvieron convulsiones por cualquier motivo. Esto es también válido si algún otro miembro de la familia tuvo convulsiones. Para bajar la fiebre y calmar el dolor, puede administrarle a su hijo un calmante sin aspirina en el momento de la vacuna y durante las siguientes 24 horas, siguiendo las instrucciones del prospecto.

Más información:

Las vacunas son esenciales para prevenir enfermedades, tanto en los niños como en los adultos. Actúan sobre el sistema inmunológico, protegiendo al organismo del contagio de una gran cantidad de enfermedades, la mayoría de las veces en forma permanente. La inmunización es esencial para tener niños y comunidades más saludables.     

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