¿Qué son las cláusulas de incapacidad temporal en un seguro de vida?

A la hora de contratar un seguro, la mayoría de las personas no piensa en que algún día puede verse incapacitada para trabajar por un problema médico. Esta falta de perspectiva se da sobre todo en personas jóvenes: para ellas, esa posibilidad es muy remota. Sin embargo, las incapacidades temporales, sea cual sea su duración, son bastante frecuentes. Y si tienes que pasar por una incapacidad, no podrás ir a trabajar, con lo que tus ingresos se verán reducidos y, en esas circunstancias, seguir pagando el seguro de vida es una carga que se puede hacer demasiada pesada.

En esas circunstancias, resulta muy interesante contar con una cláusula de incapacidad temporal que te libere de pagar el seguro mientras estás recuperándote o que te ayude con un ingreso extra. En este artículo te explicamos qué son y cómo funcionan las cláusulas de incapacidad que te ayudan a superar esos periodos tan complicados.

¿Qué son las cláusulas de incapacidad temporal en un seguro de vida?

Cláusulas de incapacidad en el seguro de vida: Qué vas a encontrar en este artículo

Cláusulas de incapacidad: qué son

La incapacidad temporal nos acecha a todos. En cualquier momento sobrevienen un accidente o una enfermedad y nos obliga a quedarnos en casa – o en un centro médico- sin poder ir a trabajar. De hecho, las estadísticas demuestran que una persona de 35 años tiene un 50 por ciento de posibilidades de sufrir una incapacidad por un periodo de 90 días o más antes de cumplir los 65, la edad del retiro. Y también dicen que un 30 por ciento de los estadounidenses sufrirá una discapacidad de al menos tres meses a lo largo de su vida laboral.

Con estas probabilidades, conviene que te cures en salud y tengas en cuenta que te puede pasar a ti. Y si te sucede, recuerda que tus ingresos se verán mermados y tendrás que disponer de todo el dinero que puedas para mantener tu nivel de vida y el de los tuyos, o incluso para hacer frente a tratamientos médicos con los que nunca has contado. Una buena idea es contar con un seguro de incapacidad o de accidente , pero si además te interesa tener un seguro de vida, el gasto mensual puede ser muy elevado. Por eso, una buena alternativa es añadir una cláusula de incapacidad temporal a tu seguro de vida.

Una cláusula es una ampliación que se hace sobre la póliza original. Por un precio extra, se puede modificar el seguro para que tenga mejores prestaciones que no estaban en el contrato inicial.

En el caso de la cláusula de incapacidad temporal, se trata de dotar al seguro de vida de un mecanismo que se activa cuando la persona asegurada sufre un percance o una enfermedad y queda incapacitada para acudir a su trabajo durante un tiempo.

Tipos de cláusula de incapacidad: renuncia de primas y reemplazo de ingresos

A la hora de elegir, hay que tener en cuenta dos posibilidades. Por un lado, una cláusula de renuncia al cobro de las primas, ‘waiver of premiums rider’, en inglés. En este caso, la compañía se hace cargo de las primas del seguro durante el tiempo que esté incapacitado el titular de la póliza, o durante el tiempo que se estipule en las condiciones de la cláusula. De esa forma, la persona asegurada puede disponer de su dinero para lo que considere oportuno.

Por otro lado, existe otro tipo de cláusula de incapacidad, la de reemplazo de ingresos. En este caso, la compañía sigue cobrando las primas mensuales y todos los costes del seguro, pero entrega un dinero cada mes a la persona incapacitada para ayudarle a mantener su nivel de ingresos. La cantidad de dinero suele ser un porcentaje del valor facial de la cobertura.

En ambos casos estamos ante uno de los llamados beneficios en vida. Es decir, ventajas del seguro de vida que se disfrutan mientras la persona asegurada está viva. Además, hay algunos seguros que ya incluyen este tipo de beneficios en vida como parte de sus prestaciones, sin necesidad de incorporarlas como una cláusula extra.

Cómo funcionan las cláusulas de incapacidad temporal

Cuando se contrata una cláusula de incapacidad temporal, sea de suspensión de primas o de reemplazo de ingresos, se está añadiendo a la póliza de seguro de vida una serie de funcionalidades nuevas que, por un precio extra, permitirán disponer de esos beneficiose ens en caso de necesidad. Pero la forma de actuar de estas cláusulas no siempre es idéntica y puede haber variaciones en función de las compañías aseguradoras. Aun así, hay algunos rasgos de funcionamiento comunes:

  • Edad. Estas cláusulas se suelen ofrecer a personas que están entre los 18 y los 60 años. En cambio, están en vigor hasta que la persona asegurada se jubila, a los 65 años.
  • Calificación. En las condiciones de la cláusula se establece qué requisitos debe cumplir la persona asegurada para ser considerada discapacitada. Se suele indicar el grado de incapacitación en forma de actividades que la persona no puede hacer por si misma. También se establece que la incapacidad debe ser de origen accidental o por una enfermedad nueva, lo que descarta condiciones médicas preexistentes.
  • Excepciones. Aunque son cláusulas bastante fáciles de obtener, pueden denegarse en casos concretos. Por ejemplo, si la persona que las solicita tiene una profesión de alto riesgo, como bombero o policía, podría no beneficiarse de este tipo de cláusulas.
  • Valor en efectivo. Si estas cláusulas se añaden a un seguros temporal , simplemente sirven para pagar las primas mensuales. Sin embargo, en los casos de seguro de vida permanente, es posible que también se encarguen de mantener activas las aportaciones que sirven para construir valor en efectivo.
  • Periodo de espera. Habitualmente, las cláusulas incluyen un periodo de espera. Es decir, hay que esperar un tiempo antes de activar este beneficio. Por lo general, las compañías imponen un periodo que suele ir de los cuatro a los seis meses de incapacidad total. Superado ese tiempo, ya se puede reclamar la activación de la cláusula, que muchas veces incluye el pago retroactivo de los meses de espera.

Como puedes ver, disponer de una cláusula de incapacidad temporal, sea de renuncia de primas o de reemplazo de ingresos es una idea prudente. Nunca sabes cuándo vas a necesitar esas ayudas extra, porque nadie está libre de sufrir una incapacitación laboral.

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